Hoy estamos más conectados que nunca. Muchos niños tienen acceso a celulares y tabletas incluso antes de aprender a caminar o hablar, y pueden operarlos de manera básica sin saber leer o escribir. Esto puede inspirar miedo y angustia en padres, familiares y docentes, e inspirar desconfianza hacia los desarrollos tecnológicos. Sin embargo, en una época en la que las herramientas digitales son una realidad inevitable, el deber es entender de qué manera pueden ser aliadas en la crianza de los niños.
El 60% de la población mundial usa internet y el 55%, redes sociales, de acuerdo con el informe Digital 2021, de Hootsuite y We Are Social. Por lo tanto, la tecnología es parte de nuestra vida diaria y la necesidad de estar conectados es real. No es extraño que niños y jóvenes tengan también esta misma necesidad.
Padres, familiares, docentes y todas las personas que participan en la crianza de los niños no deben desconocer esta realidad, y en su lugar deben buscar la forma correcta para que los pequeños interactúen con la tecnología. El primer paso es comprender las formas positivas y negativas en que la tecnología influye sobre los niños; el segundo, recurrir a unas buenas prácticas para fomentar su uso adecuado.
Los efectos positivos de la tecnología en los niños
Así como hay riesgos, la tecnología también tiene efectos positivos en niños y jóvenes.
- Herramientas de aprendizaje: programas de televisión, aplicaciones para celulares y tabletas, e información en internet son algunas de las cosas que pueden ayudar a desarrollar la mente y enseñar cosas nuevas a los niños. Además, muchos profesores han comenzado a utilizar la tecnología en las aulas para ayudar a los estudiantes a aprender y a motivarlos a descubrir nuevas formas de adquirir y compartir conocimiento.
- Desarrollo de múltiples habilidades: el uso adecuado de la tecnología permite a los niños pequeños aprender a realizar tareas de manera eficaz, una habilidad que les puede ser muy útil en su vida adulta y profesional.
- Solución de problemas: resolver un problema de conexión, buscar información en internet o superar pruebas en videojuegos ayudan a los niños a tomar decisiones y buscar soluciones.
- Conocimiento tecnológico: a medida que la tecnología avance, habrá mayor demanda por profesionales con habilidades en manejo de herramientas tecnológicas. Si los niños aprenden a utilizar la tecnología, en el futuro se les abrirán las puertas profesionales.
- Creatividad y libertad de expresión: al tener acceso a más información y poder conectarse con otras culturas, los niños y jóvenes podrán desarrollar sus capacidades creativas y un pensamiento más crítico y abierto hacía diferentes formas de pensar.
- Socialización: ligado a lo anterior, los niños y jóvenes acceden con las redes a personas con las que comparten intereses. En algunos casos algunos llegan a construir y compartir sus propios videojuegos o a aprender códigos.
Los efectos negativos de la tecnología en los niños
La tecnología está en todas partes y su uso abusivo puede desencadenar efectos negativos en cualquier persona, en especial en los más jóvenes. Demasiado tiempo frente a una pantalla puede afectar la salud mental y física. Algunos de estos efectos negativos son:
- Disminución de la capacidad de atención: la inmediatez de las interacciones digitales tiene efectos sobre la capacidad de atención y sobre la paciencia que puedan desarrollar los niños. En la era digital los niños y jóvenes no se sienten obligados a esperar, pues tienen acceso a miles de posibilidades de entretenimiento e información en tan solo segundos y obtienen respuestas y gratificación de manera instantánea. Esto puede resultar en un déficit de aprendizaje, porque juagan como aburridos y lentos a los métodos de enseñanza tradicionales.
- Sedentarismo: las herramientas tecnológicas no exigen realizar actividad física: pasar tiempo frente a la tableta, el celular o la computadora es restarle tiempo para estar al aire libre. Además, ver televisión o jugar videojuegos puede estar asociado a una alimentación poco sana, basada en comida rápida, de acuerdo con el Fondo Internacional de Investigación sobre el Cáncer.
- Riesgos en la privacidad: los piratas informáticos y los delincuentes usan la tecnología para engañar a los niños. Se trata de uno de los mayores desafíos que enfrentan los padres, porque al crecer expuestos a las redes sociales, a los niños y jóvenes la noción de privacidad les puede ser ajena. Como resultado, pueden caer fácilmente en trampas de robo de identidad, sufrir ciberacoso o incluso caer en redes de trata de menores.
- Riesgos de depresión: la Asociación Médica de Canadá concluyó que los niños y adolescentes que utilizan sus teléfonos inteligentes por mucho tiempo pueden estar más propensos a sufrir de ansiedad y depresión; también concluyó que el aumento del suicidio en jóvenes puede estar ligado al uso de redes sociales.
- Problemas de interacción social: muchos niños y jóvenes prefieren enviar mensajes de texto o audio en lugar de tener una conversación cara a cara. Incluso si están en una misma habitación, muchos prefieren estar frente a una pantalla de celular o televisión que interactuar. Esto puede desencadenar problemas de interacción social y afectar las relaciones que desarrollen en su etapa adulta.
Gestión del tiempo frente a la pantalla: ¿cuánto es demasiado?
¿Cuánto tiempo debo dejar que mi hijo utilice el celular o la tableta, o juegue en el televisor? Esta es quizá una de las preguntas más frecuentes de los padres. El aumento en el uso de la tecnología por parte de los niños ha llevado a una creciente preocupación acerca de cómo afecta al cerebro, al cuerpo y al desarrollo socioemocional, cognitivo y físico de los niños.
De acuerdo con la Academia Estadounidense de Psiquiatría de Niños y Jóvenes, los niños entre 8 y 12 años emplean entre cuatro y seis horas al día viendo o usando pantallas; los jóvenes aún más: nueve horas. Con la pandemia y el traslado de la educación a casa, esta cifra pudo aumentar significativamente en el último año.
La Clínica Mayo recomienda que el uso de aparatos tecnológicos comience después de los 24 meses de edad; además, su uso debe ser limitado, de calidad y nunca en solitario. Para los niños entre 2 a 5 años el tiempo debe ser de solo una hora al día. A medida que crecen, los padres deben decidir cuántos y cuáles medios podrán usar sus hijos.
Buenas prácticas para el uso de la tecnología en la crianza de los hijos
Cuando se trata de la tecnología en la crianza, se debe tener en cuenta que la calidad de los medios a los que está expuesto un niño o adolescente es más importante que el tipo de tecnología o la cantidad de tiempo empleado. Al respecto, algunas recomendaciones son las siguientes:
- Tener una vista previa de los programas, juegos y aplicaciones antes de que el niño esté expuesto a ellos. Si es posible, sepa cómo jugar o de qué se tratan.
- Busque opciones interactivas y que requieran desarrollar habilidades o pensamientos críticos, en lugar de aquellas que solo exijan deslizar o mirar la pantalla. Opte por juegos de vocabulario, matemáticas y ciencias.
- Utilice los controles parentales para bloquear o filtrar el contenido de internet.
- Mantenga a los niños y jóvenes cerca durante su tiempo en la pantalla para supervisar lo que hacen.
- Pregunte a sus hijos sobre las aplicaciones o los juegos que han utilizado durante el día.
- Enseñe a sus hijos sobre la publicidad y los comerciales, el uso de datos y la exposición a la privacidad en redes sociales. Hable sobre los riesgos que conllevan.
- Sea un ejemplo para ellos: límite su propio tiempo en pantalla, pause el uso de dispositivos cuando su hijo le hable y haga buen uso de sus redes sociales.
Más importante aún es motivarlos a realizar actividades que cultivan una vida saludable, como el ejercicio físico, el sueño regular y el tiempo de calidad con familia y amigos.
Los padres y los adultos involucrados en la crianza de los niños pueden ayudarlos a obtener de la tecnología más beneficios que efectos negativos, en especial si recurren al diálogo respetuoso.
Los niños crecerán rodeados de pantallas, pero si se establecen buenos hábitos, se pueden contrarrestar los efectos negativos del uso excesivo de la tecnología. Porque no toda la tecnología es mala: solo hay que aprender a usarla adecuadamente.