La alimentación de un recién nacido se basa estrictamente en la leche materna o de fórmula. Sin embargo, una vez que su organismo está preparado, los bebés deben aprender a comer comida sólida.
En esta nueva etapa de su alimentación es necesaria una nutrición adecuada para su crecimiento y su desarrollo. Una dieta saludable con alimentos variados ayuda a que su sistema inmunitario funcione correctamente. Además, es esencial para el desarrollo de su cerebro.
No siempre es fácil para los padres pasar de la leche materna o de fórmula a los alimentos sólidos, pero con paciencia y estos cinco consejos podrás hacer que tu bebé empiece con buen pie.
¿A qué edad empiezan los bebés a comer comida sólida?
La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que a los niños debe dárseles alimentos sólidos a partir de los seis meses de edad, con la aprobación del pediatra.
A esta edad, el aparato gastrointestinal y renal de un bebé está preparado para empezar a asimilar algo más sólido.
Otras de las primeras señales para saber si tu bebé ya está listo son:
- Empieza a mostrar interés por la comida. Por ejemplo, se inclina hacia adelante y abre la boca cuando ve a una persona comer.
- Intenta arrebatar la comida del plato de alguien más.
- Es capaz de mantener la cabeza erguida y sentarse sin apoyo.
- Cada vez es más frecuente que se lleve las manos o los juguetes a la boca.
¿Qué alimentos puede comer un bebé?
El primer sólido debe ser un cereal enriquecido con hierro, como avena, cebada, multigranos y cereal de arroz, que puedes mezclar con su leche de costumbre. Es importante que estos productos sean naturales y sin azúcares añadidos.
Empieza con una o dos cucharaditas al día y aumenta la cantidad gradualmente durante las siguientes semanas, hasta llegar a tres o cuatro cucharadas por comida.
Es importante dar cereales enriquecidos con hierro, porque la carencia de este mineral es uno de los problemas nutricionales más comunes durante la infancia.
Alrededor de los siete meses de edad empieza a añadir purés de verduras y frutas; empieza con una cucharadita al día y aumenta gradualmente la cantidad. Otra buena opción son las compotas con ingredientes naturales y sin azúcares añadidos.
A los ocho meses, ofrécele frutas y verduras cocidas picadas en cuadros. También puedes ofrecerle trozos pequeños de carne, pescado o pollo, ya sean al vapor o en sopas. Solo ten en cuenta si al bebé le gustany no tiene problemas de digestión.
Eso sí, los condimentos como la sal o la pimienta no se recomiendan antes del año de edad porque pueden causar alergias o reflujo.
Cinco consejos para introducir sólidos a tu bebé
Ahora sí, aquí te mostramos los cinco consejos para hacerte más llevadero el proceso de adaptación y nutrición en tu bebé:
- Introduce gradualmente los nuevos alimentos
Ofrécele diferentes alimentos a tu bebé, pero no le hagas comer demasiado de una sola cosa en su proceso de adaptación. Puedes, por ejemplo, mezclar un trozo de pollo con el puré de verduras que ya come. Es posible que al principio no le guste el sabor, pero sigue probando durante varios días y solo en pequeñas cantidades. Tu bebé está aprendiendo algo nuevo y tardará en acostumbrarse a los sabores.
Además, elige un momento para comer en el que esté tranquilo y relajado. Así estará más dispuesto a aceptar cualquier textura nueva. Los tazones portacomida con cuchara ergonómica también pueden ser de gran ayuda para incentivar su autonomía al comer.
- Combina la alimentación sólida con su leche
Una forma de hacer que comer alimentos sólidos por primera vez sea más fácil es darle primero un poco de leche materna o de fórmula. Luego, introduce media cucharada de comida y termina con más leche. Y así consecutivamente.
La idea es que poco a poco se vaya acostumbrando a las texturas de los alimentos. Recuerda que siempre ha estado alimentándose con leche.
- No fuerces a tu hijo
Si ha rechazado la comida, no le obligues a comer de nuevo. De hecho, forzarle a comer le hará sentirse amenazado por los nuevos alimentos y estará menos receptivo a probar cosas nuevas.
Así que si se niega a comer, espera un par de días y vuelve a intentarlo hasta que aprenda a aceptar los sólidos.
- Elige alimentos de un solo ingrediente
Esto te ayudará a identificar los alérgenos que pueda tener tu bebé. Introduce un nuevo alimento cada tres o cuatro días para que puedas ver cómo reacciona a cada ingrediente. Un día prueba, por ejemplo, solo con manzanas y otro día solo con papaya. Si descubres que es alérgico a algún tipo de alimento, suspende su uso.
- Cuida la consistencia y la calidad de los alimentos
Es importante que la consistencia de la comida sea suave y fina, porque aún no está preparado para masticar. Por eso prepara alimentos que se disuelvan con la saliva y no requieran tanto esfuerzo para morder.
También compra alimentos de buena calidad y que sean balanceados y saludables. Nada de comida con colorantes y sabores artificiales. Además, recuerda quitar toda grasa, pieles y huesos de las carnes.
Algunos consejos
- La introducción de alimentos sólidos le ayudará a un niño a progresar en sus hábitos alimentarios. Sin embargo, es muy importante que no dejes de amamantar o dar el biberón a tu bebé.
- Ofrécele alimentos que se puedan comer con las manos, como cuadritos de fruta y trozos de verdura cocida. Todo esto anima a tu hijo a alimentarse por sí mismo.
- Es importante que tu hijo también cuente con su propios utensilios, como platos y cucharas para bebés.
- No te desesperes si se mancha la ropa, ¡es parte de su aprendizaje!
Conclusión
El desarrollo de tu bebé comienza con lo que le das de comer. Una dieta nutritiva y balanceada le ayudará a crecer grande y fuerte.
Por eso es importante que lleves un proceso de entrenamiento adecuado para la introducción de alimentos sólidos a tu bebé.
¿La clave del éxito? Paciencia y constancia para enseñarle a recibir la mayor parte de sabores y texturas de los nuevos alimentos. Y claro, ¡recuerda siempre estar bajo la supervisión de tu pediatra!