La adultez es una etapa de la vida llena de desafíos y oportunidades. Una de las decisiones más significativas que puedes tomar como mujer en esta fase es independizarte y vivir sola. Sin embargo, esta elección va más allá de la emoción y la búsqueda de la libertad.
1. Planificación financiera: tu mejor aliada para vivir sola
Antes de empacar tus maletas es esencial que tengas una planificación financiera sólida. Esto implica la creación de un presupuesto realista que cubra tus gastos personales mensuales.
Debes incluir desde el alquiler hasta los servicios públicos, la comida y los pequeños gastos diarios que pueden pasar desapercibidos. Por ejemplo:
- Transporte.
- Antojos (ropa, comida, tecnología, entre otros).
- Entretenimiento y ocio.
2. Búsqueda de vivienda: encuentra tu espacio
Encontrar la vivienda adecuada es un paso crucial. Investiga las opciones disponibles, compara precios y evalúa la ubicación en función de tu trabajo y estilo de vida. No te apresures en este proceso. Tómate tu tiempo para hacer la elección correcta.
Una vez que encuentres tu hogar ideal, asegúrate de entender los términos del contrato de arrendamiento y tus responsabilidades como inquilina. Recuerda que la comunicación es esencial. En cuanto notes algún inconveniente en la propiedad o tengas dudas habla con el arrendador de forma clara y directa.
Aunque los acuerdos de arrendamiento pueden tornarse complicados en algunas ocasiones, si practicas la comunicación asertiva puedes evitar muchos dolores de cabeza. Por lo tanto, te recomendamos que:
- No supongas.
- Regula tu tono de voz.
- Cuida tu lenguaje corporal.
- No generalices.
- No juzgues (Salamanca, 2023).
3. Gestión de tareas cotidianas
Vivir sola significa que eres la jefa de tu propio hogar. Esto incluye la gestión de tareas cotidianas como la limpieza, la cocina y el mantenimiento del espacio. Aprende a administrar tu tiempo de manera eficiente para mantener un equilibrio entre el trabajo, tu vida personal y las responsabilidades del hogar.
Un consejo que puede ayudarte es establecer ciertos días para ciertas tareas. Ajústalo según tu conveniencia. Este es un ejemplo:
- Lunes: lavar ropa.
- Miércoles: hacer compras.
- Sábado: aseo general de la casa.
4. Bienestar emocional: una prioridad al vivir sola
La independencia puede venir acompañada de preocupación. Por eso, es esencial saber cómo manejar el estrés. Lo primero que debes hacer es reconocer las fuentes de tus preocupaciones. Estas pueden variar desde las responsabilidades financieras o las presiones laborales hasta la soledad y la presión social.
Practicar la meditación, hacer ejercicio y cuidar de tu salud física tanto como de tu salud mental son formas de fomentar tu propia responsabilidad emocional. Así, podrás hacerte cargo de lo que sientes y crecer personalmente. Recuerda que las emociones negativas también son normales y debes aceptarlas a la vez de aprender a controlarlas (Sánchez, 2022).
5. Construcción de una red de apoyo
A pesar de vivir sola puedes mantenerte acompañada en esta aventura. Por esto, fortalece tus relaciones con amigos y familiares. Considera unirte a grupos locales o en línea de personas que comparten tus intereses. Tu red de apoyo puede brindarte consejos y un sentido de comunidad. Además, ¡podrías hacer nuevas amistades duraderas!
Vivir sola puede ser una experiencia transformadora. A medida que asumes la responsabilidad de tu vida y tomas decisiones importantes, te encuentras en un camino de autoconciencia y empoderamiento.
Abraza esta etapa con confianza y preparación. ¡Prepárate, confía en ti misma y disfruta de esta transición hacia la adultez!