Sabías que para el 2021 se previó que el 80% de las instituciones educativas públicas de Colombia tengan una educación sexual enfocada en los niños, adolescentes y jóvenes? (Profamilia, 2021). Esta enseñanza contempla algunos aspectos importantes, como los derechos sexuales, la salud sexual y reproductiva y el consentimiento en las relaciones sexuales.
Ahora bien, también hay que tener en cuenta que esto no afecta únicamente a este público. En realidad, la sexualidad es algo que está presente en todas las edades. Por esta razón, es fundamental ser consciente de todos los cambios que puedan surgir en la sociedad, incluso en la etapa adulta.
A continuación, te contaremos todo lo que debes saber sobre esto, incluyendo los aspectos influyentes de esta educación.
¿Qué es la educación sexual y cuáles son sus principales aspectos?
Principalmente, es fundamental hacer referencia al concepto de la educación sexual. Se trata de una enseñanza que permite aprender todos los conocimientos relacionados con la sexualidad. No solamente en relación con el acto sexual, sino con los aspectos que lo rodean (consecuencias, implicaciones, enfermedades, respeto, etc.)
La educación basada en la sexualidad tiene como principal pilar a la libertad y a la eliminación de la discriminación. Durante muchos años, algunos grupos con diversas orientaciones sexuales sufrieron una mirada prejuiciosa por parte de la sociedad, ya que no todos habían recibido una educación de calidad.
Es decir, la educación sexual busca deconstruir la propia concepción de lo “normal”. Por ejemplo, algunas sociedades de la actualidad consideran como “normal” las relaciones heterosexuales, pero no a las homosexuales. Por eso, la idea es comprender que lo “normal” surge de una norma que no siempre es saludable.
Entonces, esta educación busca que las personas entiendan que forman parte de una sociedad con una gran variedad de gustos y deseos. Otra de las bases radica en el respeto, es decir, en no hacer cosas que no nos gustaría que nos hagan. Por eso, se busca fomentar el respeto y la no-discriminación a todos los grupos sociales.
¿Te interesa conocer más sobre este tema? A continuación, te explicaremos algunos aspectos esenciales de la educación sexual y qué impacto tienen en la actualidad.
Relación sexual consentida
El consentimiento sexual es una de las cuestiones más importantes que se deben conocer. Se trata de una problemática que no solamente aplica a las mujeres adolescentes, sino también a las adultas. Ahora bien, ¿en qué consiste este término y a qué hace referencia?
Pues bien, “consentimiento” refiere a un acto en el cual se manifiesta estar activamente de acuerdo con realizar actividades de índole sexual. Es decir, una persona debe afirmar que está dispuesta a tener relaciones sexuales con la otra. En caso contrario, se puede estar frente a una violación o agresión sexual.
Cabe destacar que la educación sexual busca enseñar que el consentimiento debe ser constante. Por ejemplo, si hay cosas que no están claras, es clave poder volverlas a preguntar. Del mismo modo, se busca entender que el cambio de opinión es completamente válido, sin importar la situación.
Por ejemplo, si diste tu consentimiento al iniciar una relación sexual, pero luego te sientes incómoda y cambias de opinión, debes manifestarlo. Es decir, no tienes que acceder a un acto por un “compromiso”. Del mismo modo, la otra persona debería entender tu negativa y parar inmediatamente el acto sexual.
También hay que tener en cuenta que el consentimiento sexual debe darse en un contexto de plena consciencia. O sea, el “sí” debe existir sin manipulación, presiones o influencia de sustancias, como drogas o alcohol. A la vez, aceptar a alguna manifestación, como besarse, no implica acceder a otras, como las relaciones sexuales.
Diversidad de orientaciones sexuales
La educación sexual también intenta demostrar que todas las orientaciones sexuales son igual de válidas. El término de “orientación” hace referencia al sexo (masculino o femenino) por el cual una persona se pueda sentir atraída. En función de eso, surgen distintas variaciones.
Por ejemplo, los heterosexuales son quienes tienen una atracción romántica y/o física por los miembros del sexo opuesto. A la inversa, los homosexuales tienen una atracción romántica y/o física por personas del mismo sexo. También existen los bisexuales, que pueden sentirse atraídos por ambos, entre otras.
En este sentido, una buena educación sexual implica enseñarles a los niños/as desde edades tempranas que cualquier orientación sexual es natural, ya que es algo que no se elige. Por ejemplo, se calcula que el 10% de las personas son homosexuales, pero no todos lo revelan por temor a las críticas (KidsHealth, 2019).
Del mismo modo, es indispensable aclarar que ser homosexual no implica un trastorno mental ni una anomalía. Algunas organizaciones, como la Academia Americana de Pediatría (AAP) y la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) reconocen que todas las orientaciones sexuales son naturales (KidsHealth, 2019).
Métodos anticonceptivos
También hay que destacar que la educación sexual busca eliminar la idea del sexo como tabú. Si bien es cierto que no en todos los ámbitos es conveniente hablar sobre este tema, en ocasiones, el hecho de que la temática sexual permanezca oculta puede generar confusiones y perjuicios por desinformación.
Un ejemplo sucede con el calendario menstrual. Tanto las mujeres como los hombres deben entender cómo funciona el ciclo menstrual . ¿El objetivo? Conocer qué es la menstruación y cuáles son los días fértiles. Al tener interiorizada esta información, se puede disminuir la probabilidad de tener embarazos no deseados.
Dicho esto, la educación sexual busca transmitir todas las opciones para que se puedan tener relaciones sexuales seguras. Esto significa que, independientemente de la religión o las ideas políticas, las personas sepan cuáles son las alternativas que tienen para evitar una gestación indeseada, tanto en hombres como mujeres.
Sin embargo, esto no es todo: también se puede prevenir la aparición de enfermedades de transmisión sexual (ETS). Por ejemplo, los condones son altamente eficaces para evitar la infección de distintas enfermedades, como la gonorrea, la clamidia o el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) (CDC, 2021).
Los beneficios de tener una sexualidad responsable, segura y consentida
Ya conoces los aspectos más importantes de esta educación. Por eso, te contaremos cuáles son los principales beneficios de asumir una sexualidad responsable:
Mayor poder de decisión
La educación sexual provee distintos recursos para que todas las mujeres puedan decidir qué es lo que quieren. Por ejemplo, al saber sobre los métodos anticonceptivos, podrán prever mejor sus relaciones sexuales. De esta manera, el empoderamiento femenino y el poder de decisión aumentan.
Tolerancia y respeto
A través de esta educación se puede construir una sociedad más justa e igualitaria. Por ejemplo, aquellas mujeres que se sientan atraídas por otras mujeres no serán discriminadas por nadie. En consecuencia, se puede cambiar el mundo para que todos tengan un mayor bienestar social.
Aumento de la libertad
Del mismo modo, las mujeres pueden asumir una sexualidad libre, sin necesidad de prejuicios. Esto significa comprender que no importa con qué frecuencia una mujer tenga sexo o cuáles son sus intereses sexuales: todas merecen respeto y pueden elegir cómo vivir sus vidas.
Menor violencia
En ocasiones, puede haber mujeres que normalicen ciertos casos de abusos. Gracias a la educación sexual, se pueden identificar signos sexuales de alerta, como los maltratos. Como resultado, se pueden tomar decisiones adecuadas y realizar las denuncias correspondientes para salir de esas situaciones. En definitiva, has visto que la educación sexual integral permite democratizar el conocimiento sobre la propia sexualidad de cada mujer. Es fundamental eliminar todos los mitos y prejuicios alrededor de ella para mejorar el mundo. ¡Esperamos que este artículo te haya sido de interés!