Los niños necesitan un buen crecimiento y desarrollo. En este sentido, tu tarea como madre es lograr que vivan esta etapa de la mejor forma posible. ¿Cómo lograrlo? Pues, en primer lugar, conociendo qué tipo de madre deseas ser. A continuación, te explicaremos algunos estilos de crianza que puedes implementar.
¿Qué son los estilos de crianza y cómo influyen en las familias?
Primero, es clave definir qué son los estilos de crianza. Básicamente, se trata de ciertos patrones de actuación que tienen los padres a la hora de criar a sus hijos. Es decir, cada familia es diferente y cada padre elige qué vínculo quiere desarrollar con su hijo en cada etapa de su vida.
Por este motivo, es muy difícil que el padre y la madre tengan un mismo estilo para criar a cada uno de ellos. De la misma manera, la elección también podría depender del hijo en cuestión. O sea, es común que para el mayor se adopte un tipo de crianza, por inexperiencia, pero para el menor se elija otro.
Lo crucial es saber que los estilos de crianza no solamente definirán la relación que tendrás con los más pequeños. En realidad, también podrán influir sobre su personalidad. Por ejemplo, padres autoritarios pueden criar hijos demasiado obedientes, que luego acaban transformándose en verdaderos rebeldes.
Tipos de crianzas que necesitas conocer
Dicho esto, ¿cuáles son los estilos de crianza que puedes adoptar? Te contamos los más importantes, junto con sus pros, contras e influencias a futuro:
Autoritario
Se trata de un estilo que es inflexible, exigente y severo. Los padres suelen incorporar muchas reglas que los hijos deben cumplir a rajatabla. Esta clase de padres busca disciplinarlos a base de amenazas o castigos. Por esta razón, los niños pueden obedecer por temor a represalias.
La principal ventaja de este estilo de crianza es que pueden seguir las reglas a corto plazo. Es decir, los padres se aseguran de que las cosas se harán tal y como ellos quieren. No obstante, el problema ocurre a mediano y largo plazo, pues los hijos podrán sentirse irritables, temerosos o infelices. Incluso, en algunos casos, podrían adquirir una actitud 100% desobediente. Como toda su vida obedecieron las órdenes de sus padres y sus opiniones jamás fueron escuchadas, pueden adoptar comportamientos negativos, especialmente en la adolescencia, con el objetivo de romper todas las reglas posibles.
Permisivo
A la inversa, este es uno de los tipos de crianza donde no existen demasiados límites. En ocasiones, los padres se confunden y consideran que el vínculo es similar al de un amigo. Por esta razón, una madre permisiva, por ejemplo, no establecerá límites firmes ni controlará las actividades de sus hijos.
Como ventaja, es posible que cuentes con el apoyo de tus hijos a corto plazo y que te consideren un “amigo más”. Sin embargo, el inconveniente es que ellos podrán adoptar actitudes rebeldes y tener un bajo autocontrol, ya que no conocen los límites en sociedad.
Democrático o autoritativo
Es una mezcla entre el primer estilo de crianza y el segundo. Aquí la idea es ser cariñoso y ofrecer apoyo al niño. No obstante, también se establecen límites firmes. La idea es controlar el comportamiento, pero explicando por qué hay reglas que deben cumplirse. Esto no quita, sin embargo, la posibilidad de escuchar sus opiniones e incluso flexibilizar las reglas.
Como principal contra, a veces puede ser difícil evaluar cuándo ser permisivo y cuándo autoritario. De igual modo, los beneficios son claros: adoptar esta crianza puede ayudar a que tus niños sean autónomos, controlados y curiosos.
Pasivos
Aquí tienes el último de los tipos de crianza. Los padres pasivos suelen estar un tanto ausentes. Esto puede ocurrir por motivos laborales o por un desinterés sentimental en el vínculo. En este sentido, la principal virtud es que ellos podrán independizarse rápidamente, ya que lo necesitarán.
Si bien ellos se sentirán “libres”, a largo plazo puede traer varias consecuencias negativas. Por ejemplo, de pequeños podrían no comer bien o no ingerir vitaminas para niños, ya que sus padres no harán un seguimiento de sus actividades. Y, a su vez, esto podría generar problemas de autoestima y vínculos conflictivos con sus padres.
En definitiva, has conocido cuáles son los estilos de crianza que puedes adoptar durante el crecimiento de tus hijos. Lo ideal es que puedas elegir no solamente el que más te convenga, sino el que consideres más justo para que tu relación con ellos sea la mejor posible. Decide con consciencia y te lo aseguramos: ¡serás una buena madre!