El arrullo es una técnica ancestral que ha sido utilizada por generaciones para calmar y confortar a los bebés recién nacidos. A continuación, exploraremos los diferentes métodos para arrullar el bebé y los beneficios que esta práctica puede ofrecer.
Métodos para arrullar el bebé
Existen varios métodos efectivos para arrullar el bebé. Sin embargo, es importante encontrar el que funcione mejor para ellos y sus padres. A continuación, se presentan los más comunes:
Método del envoltorio tradicional
Para realizar este método, en primer lugar, se pone al bebé firmemente en una manta suave y ligera. A continuación, se ubica en el centro con los brazos a los lados.
Finalmente, se envuelve el cobertor alrededor de su cuerpo; asegúrate de su comodidad a la vez que no esté demasiado apretado.
Este método imita la sensación de estar en el útero materno; por lo tanto, proporciona un efecto de seguridad y calma.
Método de arrullar el bebé en forma de saco de dormir
Esta variante utiliza un saco de dormir especialmente diseñado para arrullar el bebé. Así, se envuelve suavemente brindando comodidad y seguridad.
Este método es conveniente para toda mamá primeriza, ya que no se requiere de aprender técnicas para practicar envolturas complicadas.
Beneficios de arrullar el bebé
Arrullar el bebé ofrece una serie de beneficios para toda la familia. Algunos de ellos incluyen:
Calma y confort
El arrullo proporciona una sensación de calma y seguridad al bebé. Por lo tanto, ayuda a reducir el estrés y el llanto.
En consecuencia, se siente más tranquilo y relajado. También, esta sensación favorece a la madre al momento de amamantar.
Estimulación temprana y Efecto Mozart
Arrullar el bebé favorece la estimulación temprana de los sentidos táctiles y propioceptivos del niño. En otras palabras, promueve su desarrollo físico y emocional.
Además, algunos estudios sugieren que la exposición a la música clásica, como el famoso Efecto Mozart durante el arrullo, tiene efectos positivos en el desarrollo cognitivo y auditivo del bebé.
Mejora del sueño
El arrullo permite a los bebés conciliar el sueño más fácilmente; por lo tanto, les ayuda a dormir durante períodos más prolongados.
La sensación de seguridad y comodidad que brinda ayuda a reducir tanto la inquietud como la agitación. Como consecuencia, se relaja y descansa mejor.
Reducción del estrés y el llanto
Al sentirse envuelto y contenido, el bebé experimenta una disminución en su nivel de estrés. Como resultado hay una reducción del llanto y la irritabilidad. Por lo tanto, los padres pueden sentirse más tranquilos y seguros en su rol de cuidadores.
En conclusión, arrullar el bebé es una práctica valiosa que no solo proporciona confort y tranquilidad, sino que también, promueve su desarrollo físico y emocional. Esto, siempre que se realice de manera segura y respetando las necesidades individuales del bebé; por esto, el arrullo es una práctica beneficiosa para todos.